Talált 29 Eredmények: tantos

  • ¡Qué grandes son, Señor, Dios mío, los proyectos y los milagros que hiciste por nosotros!: eres incomparable. Yo quisiera decirlos, proclamarlos; pero son tantos, que no pueden contarse. (Salmos 40, 6)

  • Tú que me has hecho pasar tantas desgracias, tantos males, dame vida de nuevo, hazme salir de nuevo de los abismos de la tierra; (Salmos 71, 20)

  • Entre tantos títulos de gloria, tomó a Jafa y la hizo puerto, abriendo camino a las islas del mar. (I Macabeos 14, 5)

  • Ahora, pues, haz una apuesta con mi señor, el rey de Asiria: yo te daré dos mil caballos si logras encontrar otros tantos jinetes. (Isaías 36, 8)

  • Estás cansada de tantos consejeros. ¡Levántense, pues, y sálvense los que miden el cielo, los que observan las estrellas y anuncian para cada mes lo que va a suceder! (Isaías 47, 13)

  • Porque tus dioses, oh Judá, son tan numerosos como tus ciudades; y tantos como las calles que hay en Jerusalén son los altares de infamia que vosotros habéis levantado para ofrecer incienso a Baal. (Jeremías 11, 13)

  • se presentaron al profeta Jeremías y le dijeron: "Acoge por favor nuestros ruegos y pide al Señor, tu Dios, por este pequeño resto que somos nosotros, ya que de tantos como éramos hemos quedado pocos, como estás viendo con tus propios ojos. (Jeremías 42, 2)

  • Despoblada por la ira del Señor, será una desolación total. Todos los que pasen por Babilonia quedarán estupefactos y silbarán al ver tantos estragos. (Jeremías 50, 13)

  • Nadie se regocije de mí, de verme viuda, abandonada de tantos. Estoy en soledad por los pecados de mis hijos, porque se apartaron de la ley de Dios; (Baruc 4, 12)

  • y para preguntar a los sacerdotes del templo del Señor todopoderoso y a los profetas lo siguiente: "¿Debo continuar guardando luto y ayunando el mes quinto como lo vengo haciendo tantos años?". (Zacarías 7, 3)

  • Acudieron tantos que ni a la puerta cabían; y él les dirigía la palabra. (Marcos 2, 2)

  • Había curado a tantos, que todos los que tenían alguna enfermedad se echaban sobre él para tocarlo. (Marcos 3, 10)


“Nunca se canse de rezar e de ensinar a rezar.” São Padre Pio de Pietrelcina