Talált 290 Eredmények: tomó

  • Cuando el rey tuvo noticia de todo esto, temió que toda Judea se le iba a separar y sublevar; por esto subió de Egipto hecho una fiera, tomó la ciudad por las armas, (II Macabeos 5, 11)

  • Onías tomó la palabra y dijo: "Éste es el amante de los hermanos, que ora mucho por el pueblo y por la ciudad; es el profeta de Dios, Jeremías". (II Macabeos 15, 14)

  • Así me habló el Señor cuando me tomó de la mano y me advirtió que no siguiera la senda de este pueblo: (Isaías 8, 11)

  • El año en que el generalísimo, enviado por Sargón, rey de Asiria, llegó a Azoto, la asaltó y la tomó, (Isaías 20, 1)

  • El año catorce del rey Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, subió contra todas las ciudades fortificadas de Judá y las tomó todas. (Isaías 36, 1)

  • Ezequías tomó la carta de mano de los mensajeros y, después de haberla leído, subió al templo del Señor y la desplegó ante el Señor. (Isaías 37, 14)

  • ¿De quién tomó consejo para juzgar, para conocer la senda de la justicia, para aprender la ciencia e instruirse en los caminos de la sabiduría? (Isaías 40, 14)

  • Entonces el profeta Ananías tomó el yugo del cuello de Jeremías, lo rompió (Jeremías 28, 10)

  • Entonces todos los dignatarios mandaron a Yehudí, hijo de Natanías, hijo de Selemías, hijo de Cusí, a decir a Baruc: "Tráenos el libro que has leído al pueblo". Baruc, hijo de Nerías, tomó el libro y fue donde ellos. (Jeremías 36, 14)

  • Entonces el rey mandó a Yehudí a buscar el libro. Éste lo tomó de la sala del secretario Elisamá y se lo leyó en alta voz al rey y a todos los dignatarios reunidos en torno al monarca. (Jeremías 36, 21)

  • Jeremías, pues, tomó otro libro y se lo entregó a su secretario Baruc, hijo de Nerías, el cual escribió en él, al dictado de Jeremías, todas las palabras del libro que había quemado Joaquín, rey de Judá. Fueron añadidas además otras muchas del mismo género. (Jeremías 36, 32)

  • Ebedmélec tomó consigo a los hombres, entró en el palacio real, en el vestuario del tesoro, tomó unos cuantos trozos de ropas usadas y rotas y se las echó a Jeremías en la cisterna con unas cuerdas. (Jeremías 38, 11)


“Quando o dia seguinte chegar, ele também será chamado de hoje e, então, você pensará nele. Tenha sempre muita confiança na Divina Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina