Talált 70 Eredmények: viva

  • Samuel dijo a todo el pueblo: "Mirad al elegido del Señor. No hay nadie como él en todo el pueblo". Y todo el pueblo gritó: "¡Viva el rey!". (I Samuel 10, 24)

  • Porque mientras el hijo de Jesé viva sobre la tierra, ni tú, ni tu reino estaréis seguros. Ahora, mándalo llamar y tráemelo aquí, porque merece la muerte". (I Samuel 20, 31)

  • David dijo a Aquís: "Si quieres hacerme un favor, te suplico que me des un lugar en una de las ciudades del campo para habitar allí. Porque no está bien que tu siervo viva junto a ti en la capital del reino". (I Samuel 27, 5)

  • Él respondió: "Cuando todavía vivía el niño, ayunaba y lloraba, porque me decía: ¡Quién sabe si el Señor tendrá piedad de mí y hará que el niño viva! (II Samuel 12, 22)

  • Jusay, el arquita, amigo de David, llegó junto a Absalón, y le dijo: "¡Viva el rey! ¡Viva el rey!". (II Samuel 16, 16)

  • ¡Viva el Señor, bendita sea mi roca! Alabado sea Dios, el Dios de mi victoria, (II Samuel 22, 47)

  • En efecto, hoy ha matado bueyes, animales cebados y ganado menor en gran cantidad y ha invitado a todos los hijos del rey, a los jefes del ejército y a Abiatar, el sacerdote. Están comiendo y bebiendo en su compañía y gritan: ¡Viva el rey Adonías! (I Reyes 1, 25)

  • Betsabé se inclinó rostro en tierra y dijo: "¡Viva mi señor, el rey David, por siempre!". (I Reyes 1, 31)

  • Allí Sadoc, el sacerdote, y Natán, el profeta, lo ungirán por rey de Israel. Y vosotros tocaréis la trompeta y gritaréis: ¡Viva el rey Salomón! (I Reyes 1, 34)

  • Sadoc, el sacerdote, tomó del tabernáculo el cuerno del óleo y ungió a Salomón. Entonces se tocaron las trompetas y todo el pueblo gritó: "¡Viva el rey Salomón!". (I Reyes 1, 39)

  • Entonces Yehoyadá hizo salir al hijo del rey y le impuso la corona y las insignias, lo proclamó rey y lo ungió. Y todos aplaudieron y gritaron: "¡Viva el rey!". (II Reyes 11, 12)

  • Y el rey de Asiria ordenó: "Llevad allá uno de los sacerdotes que trajisteis cautivos para que viva con ellos y les enseñe el culto del Dios del país". (II Reyes 17, 27)


“O mal não se vence com o mal, mas com o bem, que tem em si uma força sobrenatural.” São Padre Pio de Pietrelcina