29. ¡Dichoso tú, Israel! ¿Quién es como tú, pueblo salvado por el Señor? Él es tu escudo protector, tu espada victoriosa. Tus enemigos te adularán, pero tú pisotearás sus espaldas".





“Deve-se caminhar em nuvens cada vez que se termina uma confissão!” São Padre Pio de Pietrelcina