II Crónicas, 3
13. Así, las alas desplegadas de los dos querubines medían diez metros. Ellos estaban erguidos sobre sus pies, con el rostro vuelto hacia el interior.
13. Así, las alas desplegadas de los dos querubines medían diez metros. Ellos estaban erguidos sobre sus pies, con el rostro vuelto hacia el interior.
“A natureza humana também quer a sua parte. Até Maria, Mãe de Jesus, que sabia que por meio de Sua morte a humanidade seria redimida, chorou e sofreu – e como sofreu!” São Padre Pio de Pietrelcina