19. Cuando todos los reyes que estaban a las órdenes de Hadadézer vieron que habían caído derrotados ante Israel, hicieron las paces con los israelitas y les quedaron sometidos. En adelante, los arameos no quisieron prestar más ayuda a los amonitas.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina