Isaías, 41
28. Miré, y no había nadie, no había entre ellos ni un solo consejero, para poder interrogarlos y tener una respuesta.
28. Miré, y no había nadie, no había entre ellos ni un solo consejero, para poder interrogarlos y tener una respuesta.
“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraquíssimo com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina