Lamentaciones, 1
7. Jerusalén recuerda sus días de miseria y de vida errante, cuando cayó su pueblo en poder del adversario, sin que nadie la socorriera. Sus adversarios la miraban y se reían de su ruina.
7. Jerusalén recuerda sus días de miseria y de vida errante, cuando cayó su pueblo en poder del adversario, sin que nadie la socorriera. Sus adversarios la miraban y se reían de su ruina.
“Diga ao Senhor: Faça em mim segundo a Tua vontade, mas antes de mandar-me o sofrimento, dê-me forças para que eu possa sofrer com amor.”. São Padre Pio de Pietrelcina