Salmos, 104
29. Si escondes tu rostro, se espantan; si les quitas el aliento, expiran y vuelven al polvo.
29. Si escondes tu rostro, se espantan; si les quitas el aliento, expiran y vuelven al polvo.
“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina