Salmos, 45

11. ¡Escucha, hija mía, mira y presta atención! Olvida tu pueblo y tu casa paterna,

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El Salmo 45 es un poema en honor a un rey, probablemente Salomón, pero con posibles referencias al Mesías. El capítulo exalta la belleza, la justicia, la sabiduría y el poder del rey, y lo compara con Dios. El capítulo termina con una exhortación para que la gente y los reyes de la tierra rinden homenaje al rey de Israel.

Isaías 9:6: "Para un niño nació para nosotros, se nos ha dado un hijo, y el gobierno está sobre sus hombros. Y será llamado el maravilloso consejero, Dios fuerte, padre eterno, príncipe de la paz". Este versículo profetiza sobre el nacimiento del Mesías, que sería un líder sabio y poderoso.

Proverbios 31:30: "La belleza es engañosa, y la belleza es fugaz; pero la mujer que teme al Señor será alabada". Este versículo destaca la importancia de las cualidades internas como el miedo a Dios, que son más valiosos que la belleza exterior.

Hebreos 1:8-9: "Pero sobre el Hijo, dice: 'Tu trono, oh Dios, subsiste para siempre; tu Dios, te eligió de tus compañeros que te unieron con alegría de alegría". Este versículo se refiere al Salmo 45 y declara que el Mesías es Dios mismo.

1 Crônicas 29:11: "Teus, Senhor, são a grandeza, o poder, a glória, a majestade e o esplendor, pois tudo o que há nos céus e na terra é teu. Teu, Senhor, é o Reino; tu estás sobre todo." Este versículo enfatiza que Dios es el rey supremo y que todo poder y autoridad provienen de él.

Mateo 2:2: "Y preguntaron: '¿Dónde está el rey recién nacido de los judíos? Vimos su estrella en el este y vinimos a adorarlo'. Este versículo se refiere a la visita de los magos a Jesús, quien fue a él para adorarlo como rey.