22. Mientras los trescientos tocaban los cuernos, Yahveh volvió la espada de cada uno contra su compañero por todo el campamento. La tropa huyó hasta Bet Hassittá, hacia Sartán, hasta la orilla de Abel Mejolá frente a Tabbat.





“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina