Romanos, 2

21. pues bien, tú que instruyes a los otros ¡a ti mismo no te instruyes! Predicas: ¡no robar!, y ¡robas!

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Romanos 2 se dirige a la hipocresía de los judíos que condenan a los gentiles por sus pecados, mientras que ellos mismos cometen los mismos errores. Pablo argumenta que todos son culpables ante Dios y que la justicia de Dios no hace distinción entre judíos y gentiles. También enfatiza la necesidad de un cambio interno, no solo de seguir la ley externamente. Según estos temas, los cinco versos relacionados son:

Mateo 7:1-2: "No juzgues, que no serás juzgado. Porque con el criterio con el que juzgas, serás juzgado; y, como has medido, también lo medirás". Este versículo habla sobre la hipocresía del juicio y cómo podemos ser juzgados de la misma manera que juzgamos a los demás. Esto se relaciona con la condena de los judíos con los gentiles en Romanos 2.

Gálatas 3:28: "No hay judío o griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer; porque todos ustedes son en Cristo Jesús". Este versículo habla sobre la unidad en Cristo y la falta de distinción entre diferentes grupos de personas. Esto se relaciona con la declaración de Pablo en Romanos 2 de que la justicia de Dios no hace distinción entre judíos y gentiles.

Santiago 1:22: "Pero sed de la palabra, no solo oyentes, engañándose". Este versículo destaca la importancia de actuar de acuerdo con la Palabra de Dios en lugar de solo escucharla. Esto se relaciona con el énfasis de Pablo en los romanos 2 de que el cambio interno es necesario, no solo el cumplimiento externo de la ley.

1 Corintios 4:5: "Por lo tanto, no juzgues antes del tiempo, hasta que llegue el Señor, quien no solo sacará a la luz las cosas ocultas de la oscuridad, sino que también manifestará los diseños de los corazones; y luego cada uno recibirá de Dios La alabanza de Dios que se debe a ti ". Este versículo habla sobre la justicia de Dios y cómo revelará la verdadera intención de los corazones. Esto se relaciona con el énfasis de Pablo en los romanos 2 de que la justicia de Dios no se basa en distinciones externas, sino en la verdadera intención del corazón.

Efesios 2:8-9: "Porque por gracia eres salvo, a través de la fe, y esto no viene de ti, es el don de Dios; no viene de las obras, para que nadie pueda glorioso". Este versículo habla sobre la salvación por gracia, no para las obras. Esto se relaciona con la declaración de Pablo en Romanos 2 de que la justicia de Dios no se logra por el cumplimiento externo de la ley, sino por el cambio interno y la fe en Cristo.