Salmos, 110

3. Para ti el principado el día de tu nacimiento, en esplendor sagrado desde el seno, desde la aurora de tu juventud.

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El Salmo 110 es uno de los más citados en el Nuevo Testamento y es un himno de alabanza a Cristo, presentándolo como rey y sacerdote eterno. Los versos seleccionados a continuación están relacionados con la soberanía y la autoridad de Cristo y su papel como sacerdote.

Hebreos 5:6: "Como también dice en otro lugar: eres sacerdote eterno, según la Orden de Melquisedec". Este versículo cita el Salmo 110:4 y muestra cómo Cristo es el sacerdote eterno según la Orden de Melquisedec.

Hebreos 7:17: "Por esto testifica por él: eres sacerdote para siempre, según la Orden de Melquisedec". Este verso es una repetición del Salmo 110:4, reforzando la idea de que Cristo es el sacerdote eterno según la Orden de Melquisedec.

1 Corintios 15:25: "Porque debería reinar hasta que todos los enemigos hayan estado bajo sus pies". Este versículo se refiere al Salmo 110:1, que presenta a Cristo como Rey y muestra su soberanía sobre todos los enemigos.

Efesios 1:20-22: "Eso se manifestó en Cristo, creciéndolo entre los muertos, y poniéndolo a su derecha en el cielo, sobre todo el principado, el poder, el poder, y el dominio, y de todo el nombre que se llama, No solo en este siglo, sino también en la venida; y sometió todas las cosas a sus pies, y en todas las cosas lo constituyó como el jefe de la iglesia ". Estos versículos muestran cómo Cristo es sobre todos los principados y poderes y cómo fue exaltado al derecho de Dios, según el Salmo 110:1.

Hechos 2:34-35: "Porque David no subió al cielo, pero él mismo dice, el Señor le dijo a mi Señor, se puso a mi derecha hasta que pones a tus enemigos por tu escabelo de tus pies". Peter cita el Salmo 110:1 para demostrar que David no se refería a sí mismo, sino a Cristo, que fue exaltado al derecho de Dios.