Salmos, 77
18. Las nubes derramaron sus aguas, su voz tronaron los nublados, también cruzaban tus saetas.
18. Las nubes derramaron sus aguas, su voz tronaron los nublados, también cruzaban tus saetas.
“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina