17. Así vi a los caballos y a los jinetes: éstos tenían corazas de color de fuego, de jacinto y de azufre; los caballos tenían las cabezas como las de los leones, y de su boca salía fuego y azufre.





“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina