Deuteronomio, 9
21. Tomé entonces el becerro que os habíais hecho, que era causa de vuestro pecado, lo eché al fuego y, moliéndolo bien hasta reducirlo a polvo, lo tiré al agua del torrente que bajaba de la montaña.
21. Tomé entonces el becerro que os habíais hecho, que era causa de vuestro pecado, lo eché al fuego y, moliéndolo bien hasta reducirlo a polvo, lo tiré al agua del torrente que bajaba de la montaña.
“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina