7. Entonces el querubín alargó su mano al fuego que estaba entre los querubines, tomó parte de él y lo puso en las manos del hombre vestido de lino, el cual lo tomó y salió.





“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina