Ezequiel, 32

32. Había sembrado el pánico en la tierra de los vivos y allí está tendido en medio de los incircuncisos, con los muertos a espada: El Faraón y todo su ejército", afirma el Señor Dios.

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Ezequiel 32 describe la lamentación en la caída del faraón de Egipto y su nación. El capítulo habla sobre cómo Egipto será derrotado y su gloria será destruida. Los siguientes son cinco versos relacionados con los temas cubiertos en Ezequiel 32:

Jeremías 46:25: "El Señor de los anfitriones, el dios de Israel, dice, he aquí, castigaré a los amomes, de Tebas, junto con Faraón y Egipto, y con sus dioses y reyes; sí, castigo a Faraón, y a quienes en él confían en ". Este versículo habla sobre el juicio de Dios sobre Egipto y sus líderes, incluido el faraón.

Isaías 19:11-12: "De hecho, los príncipes de Tanis son tontos; los sabios consejeros de Faraón dan un consejo tonto. ¿Cómo te atreves a decir faraón: soy el hijo de los sabios, el hijo de los reyes antiguos? ¿Dónde están? ¿Dónde están tus sabios? ¿Pueden decirte ahora y saber qué ha determinado el Señor de los Anfitriones contra Egipto "? Este versículo habla sobre la sabiduría de los líderes de Egipto para ser insuficientes para evitar su derrota antes del poder de Dios.

Isaías 31:1: "¡Ay de aquellos que vienen a Egipto para buscar ayuda y estimar en caballos, y están en los autos, porque son muchos, y en los Caballeros, porque son valientes; y no miren el ¡Santa de Israel, ni buscan al Señor! " Este versículo habla sobre la falta de confianza en Dios por parte de Egipto y aquellos que buscan su ayuda.

Jeremías 46:17: "Así es como tu ejército fue rechazado como una mera rama; porque el Señor lo expulsó con indignación, tu Dios, porque sirvió con poca fe". Este versículo habla sobre el rechazo de Dios al ejército de Egipto por su falta de fe.

Isaías 19:16: "En ese día los egipcios serán como las mujeres; se sacudirán y temerán ante la mano fuerte del Señor de los anfitriones, que él criará contra ellos". Este versículo habla sobre el miedo que Egipto sentirá ante el poder de Dios en su derrota.