33. Labán entró en la tienda de Jacob, en la de Lía y en las de las esclavas, pero no encontró nada. Pasó luego a la de Raquel;





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina