4. No se preocupaba para nada del temor de Dios, pagado y seguro como estaba con sus miríadas de soldados de infantería, sus millares de caballería y sus ochenta elefantes.





“Que o Espírito Santo guie a sua inteligência, faça-o descobrir a verdade escondida na Sagrada Escritura e inflame a sua vontade para praticá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina