14. Ezequías tomo las cartas de manos de los mensajeros, las leyó, fue al templo y, desplegándolas en la presencia del Señor,





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina