3. Y aquel día la victoria se cambió en luto para todo el ejército, porque aquel día el ejército supo que el rey estaba afligido por su hijo.





“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina