Jeremías, 52
26. Nebuzardán, jefe de la escolta, los hizo prisioneros y los llevó a Ribla ante el rey de Babilonia.
26. Nebuzardán, jefe de la escolta, los hizo prisioneros y los llevó a Ribla ante el rey de Babilonia.
El Capítulo 52 de Jeremías presenta una descripción detallada de la caída de Jerusalén y la deportación de los habitantes de Judá a Babilonia por el rey Nabucodonosor. El capítulo describe cómo la ciudad fue asediada y ganada por los babilonios, con la destrucción del templo y el palacio real. También se informa la captura del rey Zedequías, que se lleva a Babilonia. Los siguientes son cinco versículos relacionados con los temas abordados en Jeremiah 52:
2 Reyes 25:9: "La Casa del Señor, el Palacio Real y todas las casas de Jerusalén, quemadas; y todas las casas importantes las destruyeron por completo". Este versículo describe la destrucción del Templo y el Palacio Real de Jerusalén, que es uno de los eventos centrales narrados en Jeremías 52.
2 Reyes 25:11: "Nebuzaradan, comandante de la guardia, llevó cautivo al resto de las personas que se habían quedado en la ciudad, los desertores que habían pasado al lado del rey de Babilonia y el resto de la multitud". Este versículo habla sobre la deportación de los habitantes de Judá a Babilonia, que es otro tema importante en Jeremías 52.
2 Reyes 25:27: "En el año en que Joaquim, rey de Judá, fue llevado al exilio, Evil-Merodacque, Rey de Babilonia, le otorgó libertad en el primer año de su reinado". Este versículo habla sobre la liberación del rey Joaquim de Babilonia, que se menciona en Jeremías 52:31-34.
Ezequiel 1:1: "En el año treinta, en el cuarto mes, el quinto día del mes, mientras estaba entre los exiliados del río Quebar, los cielos se abrieron y tuve visiones divinas". Este versículo presenta el Libro de Ezequiel, que fue escrito durante el exilio en Babilonia y se relaciona con el contexto histórico de Jeremías 52.
2 Crônicas 36:17: "Por isso ele trouxe contra eles o rei dos babilônios, que matou seus jovens à espada em sua casa de santuário e não poupou ninguém, nem jovem nem velho, nem homem nem mulher; Deus os entregou a todos em tus manos." Este versículo también habla sobre la destrucción del templo y la deportación de los habitantes de Judá con Babilonia, y se relaciona con los eventos descritos en Jeremías 52.
“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina