Job, 9

34. para que aparte su látigo de mí y no me espante su terror!

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El trabajo 9 es un capítulo donde Job reflexiona sobre la justicia de Dios y en lo imposible que el hombre sea justo delante de él. Él cuestiona cómo un ser humano puede ser justo ante Dios, que es tan poderoso y sabio. Job también recuerda la miseria que está pasando y cuán impotente frente a la situación. Aquí hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en el trabajo 9:

Salmo 9:7-8: "Pero el Señor reina para siempre; ha establecido su trono para juzgar. Él mismo juzga al mundo con justicia; gobierna a los pueblos con justicia". Este versículo habla sobre cómo Dios está solo en sus decisiones y cómo es un gobernante justo.

Proverbios 3:5-6: "Confía en el Señor de todo tu corazón y no te apoyes en tu propia comprensión; reconoce al Señor en todos tus caminos, y él enderezará tus caminos". Este versículo habla de confiar en Dios, incluso cuando las cosas parecen imposibles.

Romanos 3:23-24: "Para todos han pecado y se ven privados de la gloria de Dios, siendo justificado de forma gratuita por Su gracia, a través de la redención que se encuentra en Cristo Jesús". Este versículo habla sobre cómo todos han pecado y no pueden ser justos por sí mismos, pero pueden justificarse a través de Jesucristo.

Isaías 55:8-9: "Porque mis pensamientos no son tus pensamientos, ni tus caminos mis caminos, dice el Señor. Porque, así como el cielo es más alto que la tierra, también son mis caminos más altos que tus caminos, y mi pensamientos más que tus pensamientos ". Este versículo habla sobre cómo Dios tiene una perspectiva cada vez mayor que la de los seres humanos y cómo no podemos entender completamente sus formas.

Santiago 1:2-4: "Mis hermanos, consideren el hecho de que pasan por varias pruebas, porque sabes que la prueba de tu fe produce perseverancia. Y la perseverancia debe tener una acción completa, para que puedas ser maduro y justo, sin carecer de cualquier cosa. " Este versículo habla sobre cómo las pruebas pueden ayudarnos a crecer y madurar en nuestra fe.