34. De igual manera la mujer soltera y la joven sin casar se preocupan del servicio del Señor y de ser santas en su cuerpo y en su espíritu. Mientras que la casada se preocupa de las cosas del mundo y de agradar a su esposo.





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina