7. Entonces el sacerdote le dio el pan sagrado, porque no había allí otro pan. Era el pan que se ofrece y se deja en presencia de Yavé, en su santuario. El sábado anterior lo habían retirado para reemplazarlo por pan caliente.





“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina