41. Atacado, pues, por la gente de Lisímaco, el pueblo reaccionó con piedras y palos, e incluso recogían puñados de ceniza que allí había, arrojándola contra los hombres de Lisímaco.





“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina