Sirácides (Eclesiástico), 21
28. El calumniador se ensucia a sí mismo, se hace odioso para los que lo rodean.
28. El calumniador se ensucia a sí mismo, se hace odioso para los que lo rodean.
“Recorramos a Jesus e não às pessoas, pois só ele nunca nos faltará.” São Padre Pio de Pietrelcina