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  • y Abrahán le dio la décima parte de todo el botín. El nombre de Melquisedec significa «rey de justicia», y además era rey de Salem, o sea, «rey de paz». (Carta a los Hebreos 7, 2)

  • Jesús, al que se refiere todo esto, pertenecía a una tribu de la que nadie sirvió jamás al altar. (Carta a los Hebreos 7, 13)

  • Todo esto se hace más claro si el sacerdote a semejanza de Melquisedec recibe su cargo (Carta a los Hebreos 7, 15)

  • Así, pues, todo es insuficiente en los sumos sacerdotes que la Ley establece, mientras que ahora, después de la Ley, Dios habla y pronuncia un juramento para establecer al Hijo eternamente perfecto. (Carta a los Hebreos 7, 28)

  • Todo sumo sacerdote es instituido para presentar a Dios ofrendas y sacrificios y, por tanto, Jesús tiene que ofrecer algún sacrificio. (Carta a los Hebreos 8, 3)

  • Su liturgia, en realidad, no es sino una figura y una sombra de las cosas sobrenaturales, como lo indica la palabra de Dios a Moisés cuando estaba para construir el Santuario. Le dijo: Mira, harás todo conforme el modelo que se te mostró en el cerro. (Carta a los Hebreos 8, 5)

  • Por encima el arca están los querubines de la Gloria, cubriendo con sus alas el Lugar del Perdón. Pero no cabe aquí describirlo todo con más detalles. (Carta a los Hebreos 9, 5)

  • Estando todo dispuesto de esta manera, los sacerdotes entran en todo tiempo en la primera habitación para cumplir su ministerio; (Carta a los Hebreos 9, 6)

  • Todo eso contiene una enseñanza para el tiempo presente: las ofrendas y sacrificios que se presentan a Dios no pueden llevar a la perfección interior a quienes los ofrecen. (Carta a los Hebreos 9, 9)

  • Además, según la Ley, la purificación de casi todo se ha de hacer con sangre, y sin derramamiento de sangre no se quita el pecado. (Carta a los Hebreos 9, 22)

  • acerquémonos con corazón sincero, con fe plena, limpios interiormente de todo lo que mancha la conciencia, y con el cuerpo lavado con agua pura. (Carta a los Hebreos 10, 22)

  • Fueron apedreados, torturados, aserrados, murieron a espada, anduvieron errantes de una parte para otra, sin otro vestido que pieles de corderos y de cabras, faltos de todo, oprimidos, maltratados. (Carta a los Hebreos 11, 37)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina