Fondare 3771 Risultati per: �Cómo

  • Ahí tienes a Rebeca: tómala y llévala contigo. Que sea la esposa del hijo de tu patrón, como Yavé lo ha dispuesto.» (Génesis 24, 51)

  • Entonces se levantó Rebeca con sus criadas, montaron en los camellos y siguieron a los hombres. Fue así como el servidor de Abrahán se llevó a Rebeca. (Génesis 24, 61)

  • Al atardecer, como salía a dar un paseo por el campo, vio que se acercaban unos camellos. (Génesis 24, 63)

  • Pero como los hijos chocasen entre sí en su seno, ella dijo: "Si esto debe seguir, yo me muero". Y fue a consultar a Yavé. (Génesis 25, 22)

  • Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y le daré todas esas tierras. Y por tu descendencia serán bendecidas todas las naciones de la tierra, (Génesis 26, 4)

  • como premio a la obediencia de Abrahán, que guardó mis leyes y cumplió mis mandamientos y preceptos.» (Génesis 26, 5)

  • Se fue de allí a otra parte y mandó cavar otro pozo, y como esta vez nadie se peleó por él, le puso el nombre de Rejobot, pues dijo: «Por fin Yavé nos pone a nuestras anchas. Ahora sí que podremos prosperar en esta tierra.» (Génesis 26, 22)

  • Siendo Isaac ya anciano, y con sus ojos tan debilitados que no veía nada, llamó a su hijo mayor Esaú. Como le dijera: «¡Hijo mío!», Esaú respondió: «Aquí estoy". (Génesis 27, 1)

  • Luego me preparas un guiso como a mí me gusta y me lo sirves, y yo te daré la bendición antes de que muera.» (Génesis 27, 4)

  • Anda al corral y tráeme dos cabritos de los mejores que haya; con ellos haré un guiso como le gusta a tu padre. (Génesis 27, 9)

  • Y no lo reconoció, pues sus manos eran velludas como las de su hermano Esaú, y lo bendijo. (Génesis 27, 23)

  • Tus descendientes serán tan numerosos como el polvo de la tierra y te extenderás por oriente y occidente, por el norte y por el sur. A través de ti y de tus descendientes serán bendecidas todas las naciones de la tierra. (Génesis 28, 14)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina