Fondare 171 Risultati per: Ídolos

  • Hizo el mal a los ojos de Yavé, como había hecho su padre Manasés, y sirvió a todos los ídolos que había hecho. (2 Crónicas 33, 22)

  • El año octavo de su reinado, siendo todavía joven, comenzó a buscar al Dios de su padre David; y en el año doce comenzó a purificar a Judá y Jerusalén de los santuarios altos, de los troncos sagrados, de las estatuas y de los ídolos fundidos. (2 Crónicas 34, 3)

  • Derribaron en su presencia los altares de los baales y las piedras paradas que había sobre ellos, y rompió los troncos sagrados, las imágenes y los ídolos fundidos, reduciéndolos a polvo que esparció sobre las sepulturas de los que les habían ofrecido sacrificios. (2 Crónicas 34, 4)

  • Después de terminar todo esto, se me acercaron los jefes diciendo: «El pueblo de Israel, los sacerdotes y levitas no se han separado de las gentes de este país que sirven a los ídolos: los cananeos, heteos, fereceos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos. (Esdras 9, 1)

  • Las gentes de todas las naciones se convertirán y conocerán al Dios verdadero, dejarán los ídolos que los lTobaron a sus errores y alabarán al Dios de la justicia. (Tobías 14, 6)

  • Aborreces a los que adoran ídolos vanos, pero yo confío en el Señor. (Salmos 31, 7)

  • Lo irritaron con sus sitios de culto y con sus ídolos lo pusieron celoso. (Salmos 78, 58)

  • Se avergüenzan los que adoran ídolos, los que se jactan de cosas estúpidas. ¡Todos los dioses se postran ante él! (Salmos 97, 7)

  • Sirvieron a los ídolos, que fueron una trampa para ellos; (Salmos 106, 36)

  • Derramaron la sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, sacrificados a los ídolos de Canaán, y el país quedó manchado de sangre. (Salmos 106, 38)

  • Sus ídolos no son más que oro y plata, una obra de la mano del hombre. (Salmos 115, 4)

  • De oro y plata son los ídolos de las naciones, obra de las manos de los hombres, (Salmos 135, 15)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina