Fondare 69 Risultati per: Contestaron
Pero contestaron: «No podemos tomar vino porque Jonadab, hijo de Recab, nuestro antepasado, nos prohibió hacerlo, diciéndonos: "Ninguno de ustedes ni de sus hijos probará jamás el vino, (Jeremías 35, 6)
Azarías, hijo de Masías, y Joanán, hijo de Carea, y todos esos hombres, insolentes y porfiados, le contestaron a Jeremías: «No es cierto lo que cuentas. No es Yavé quien te ha encargado decirnos: «No se vayan a vivir a Egipto», (Jeremías 43, 2)
Los adivinos contestaron: «No hay nadie en el mundo capaz de hacer lo que el rey pide, y por eso ningún rey, por grande y poderoso que sea, hace tal pregunta a ningún mago, adivino o astrólogo. (Daniel 2, 10)
Ellos le contestaron: «En Belén de Judá, pues así lo escribió el profeta: (Evangelio según San Mateo 2, 5)
Cuando Jesús estuvo en casa, los ciegos se le acercaron, y Jesús les preguntó: «¿Creen que puedo hacer esto?» Contestaron: «Sí, Señor.» (Evangelio según San Mateo 9, 28)
Contestaron ellos: «Porque nadie nos ha contratado.» Y les dijo: «Vayan también ustedes a trabajar en mi viña.» (Evangelio según San Mateo 20, 7)
Entonces contestaron a Jesús: «No lo sabemos.» Y Jesús les replicó: «Pues yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas.» (Evangelio según San Mateo 21, 27)
Ahora bien, ¿cuál de los dos hizo lo que quería el padre?» Ellos contestaron: «El primero.» Entonces Jesús les dijo: «En verdad se lo digo: en el camino al Reino de los Cielos, los publicanos y las prostitutas andan mejor que ustedes. (Evangelio según San Mateo 21, 31)
Le contestaron: «Hará morir sin compasión a esa gente tan mala, y arrendará la viña a otros labradores que le paguen a su debido tiempo.» (Evangelio según San Mateo 21, 41)
Entonces Jesús preguntó: «¿De quién es esta cara y el nombre que lleva escrito?» Contestaron: «Del César. » (Evangelio según San Mateo 22, 20)
Jesús les preguntó: «¿Qué piensan ustedes del Mesías? ¿De quién tiene que ser hijo?» Contestaron: «De David.» (Evangelio según San Mateo 22, 42)
¿Qué deciden ustedes?» Ellos contestaron: «¡Merece la muerte!» (Evangelio según San Mateo 26, 66)