Fondare 68 Risultati per: Isaías

  • Respondió Ezequías a Isaías: «Es una buena palabra de Yavé que me dices. Pues pensaba: ¿Qué me importa a mí, si tengo paz y seguridad en mis días?» (2 Reyes 20, 19)

  • Hijos de Hananías: Pelatías; Isaías, hijo suyo; Refaías, hijo suyo; Arnán, hijo suyo; Abdías, hijo suyo; Secanías, hijo suyo. Hijos de Secanías: (1 Crónicas 3, 21)

  • De Jedutún: Los hijos de Jedutún: Guedalías, Serí, Semeí, Isaías, Jasabías y Matatías, seis, bajo la dirección de su padre Jedutún, que profetizaba al son de la cítara para celebrar y alabar a Yavé. (1 Crónicas 25, 3)

  • La octava, sobre Isaías, sus hijos y hermanos, doce. La novena, sobre Matanías, sus hijos y hermanos, doce. (1 Crónicas 25, 15)

  • Sus hermanos por parte de Eliezer: Rejabías, hijo suyo; Isaías, hijo suyo; Joram, hijo suyo; Zikri, hijo suyo; Selomit, hijo suyo. (1 Crónicas 26, 25)

  • El resto de los hechos de Ozías, del comienzo al fin, los escribió el profeta Isaías, hijo de Amís. (2 Crónicas 26, 22)

  • En esta situación, el rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amós, oraron y clamaron al cielo. (2 Crónicas 32, 20)

  • Lo demás referente a Ezequías y sus obras piadosas está escrito en las visiones del profeta Isaías, hijo de Amós, y en el libro de los Reyes de Judá y de Israel. (2 Crónicas 32, 32)

  • Josabías y con él Isaías, de entre los hijos de Merarí, sus hermanos y sus hijos, en total veinte; (Esdras 8, 19)

  • Los hijos de Benjamín eran: Salú, hijo de Mesulam, hijo de Yoed, hijo de Pedaías, hijo de Colaías, hijo de Maaseías, hijo de Itiel, hijo de Isaías, (Nehemías 11, 7)

  • Pero invocaron al Señor, al Misericordioso, y tendieron sus manos hacia él; y el Santo, desde lo alto del cielo, los escuchó inmediatamente, y los salvó por la intervención de Isaías. (Sirácides (Eclesiástico) 48, 20)

  • Porque Ezequías hacía lo que le gusta al Señor; se atuvo firmemente a los ejemplos de David, su padre. El profeta Isaías, que fue tan grande y cuyas visiones no engañaban a nadie, se encargaba de enseñárselos. (Sirácides (Eclesiástico) 48, 22)


“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina