Fondare 907 Risultati per: Jerusalén

  • Pregunté al Angel que me acompañaba qué significaban estos cuernos y él me respondió: «Estas son las naciones enemigas de Judá y Jerusalén. » (Zacarías 2, 2)

  • Le pregunté a dónde iba y me contestó: «Voy a medir a Jerusalén, para saber cuánto mide de largo y de ancho.» (Zacarías 2, 6)

  • El que estaba de pie le dijo: «Corre a decir a este joven que Jerusalén será una ciudad abierta, pues será inmenso el número de habitantes y de animales que habrá en su interior. (Zacarías 2, 8)

  • Yavé tendrá en propiedad a Judá en la tierra santa y será Jerusalén nuevamente su elegida. (Zacarías 2, 16)

  • El ángel de Yavé dijo a Satán: «Que Yavé te contenga, Satán, que él te haga callar, pues Jerusalén es su preferida. ¿No aparece éste como un tizón sacado del fuego? (Zacarías 3, 2)

  • ¿Acaso ya se olvidaron de lo que decía Yavé por medio de los antiguos profetas cuando la gente vivía tranquila en Jerusalén y sus pueblos vecinos y los desiertos de Negueb y la Sefela estaban poblados?(8) (Zacarías 7, 7)

  • He vuelto a Sión, pues quiero residir en Jerusalén. Esta será llamada Ciudad fiel, y el cerro de Yavé de los ejércitos, Cerro Santo.» (Zacarías 8, 3)

  • Así habla Yavé de los ejércitos: «Los ancianos y las viejas volverán a sentarse en las plazas de Jerusalén, apoyándose en su bastón por el peso de los años. (Zacarías 8, 4)

  • Pues bien, dice Yavé, yo voy a salvar a mi pueblo que se encuentra tanto al oriente como al poniente. Los voy a juntar para que vivan en Jerusalén. (Zacarías 8, 7)

  • así también ahora, cambiando de parecer, he decidido tratar bien a Jerusalén y a la gente de Judá. No teman, pues. (Zacarías 8, 15)

  • Así habla Yavé de los ejércitos: «Llegarán a Jerusalén gente de diversos países, habitantes de grandes ciudades. (Zacarías 8, 20)

  • Y así es como pueblos numerosos y naciones poderosas llegarán a Jerusalén, para adorar a Yavé de los ejércitos y pedirle favores, (Zacarías 8, 22)


“O Santo Rosário é a arma daqueles que querem vencer todas as batalhas.” São Padre Pio de Pietrelcina