Fondare 94 Risultati per: Llega
los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y una Buena Nueva llega a los pobres. (Evangelio según San Mateo 11, 5)
Si llega a sus manos una perla de gran valor, se va, vende cuanto tiene, y la compra. (Evangelio según San Mateo 13, 46)
Si esto llega a oídos de Pilato, nosotros lo arreglaremos para que no tengan problemas.» Los soldados recibieron el dinero e hicieron como les habían dicho. (Evangelio según San Mateo 28, 14)
Jesús les dijo también: «Cuando llega la luz, ¿debemos ponerla bajo un macetero o debajo de la cama? ¿No la pondremos más bien sobre el candelero? (Evangelio según San Marcos 4, 21)
Contestó, pues, a los mensajeros: «Vuelvan y cuéntenle a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos se despiertan, y una buena nueva llega a los pobres. (Evangelio según San Lucas 7, 22)
Jesús les contestó: «A ustedes se les concede conocer los misterios del Reino de Dios, mientras que a los demás les llega en parábolas. Así, pues, mirando no ven y oyendo no comprenden. (Evangelio según San Lucas 8, 10)
pero si llega uno más fuerte y lo vence, le quitará las armas en que confiaba y distribuirá todo lo que tenía. (Evangelio según San Lucas 11, 22)
Vendan lo que tienen y repártanlo en limosnas. Háganse junto a Dios bolsas que no se rompen de viejas y reservas que no se acaban; allí no llega el ladrón, y no hay polilla que destroce. (Evangelio según San Lucas 12, 33)
Y si es la medianoche, o la madrugada cuando llega y los encuentra así, ¡felices esos sirvientes! (Evangelio según San Lucas 12, 38)
Jesús le dijo: «Créeme, mujer: llega la hora en que ustedes adorarán al Padre, pero ya no será "en este cerro" o "en Jerusalén". (Evangelio según San Juan 4, 21)
Pero llega la hora, y ya estamos en ella, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. (Evangelio según San Juan 4, 23)
No se asombren de esto; llega la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán mi voz. (Evangelio según San Juan 5, 28)