Fondare 218 Risultati per: Miedo

  • Aquellos hombres tuvieron gran miedo y le dijeron: «¿Qué es lo que has hecho?» Pues ahora esos hombres sabían que huía de la presencia de Yavé. (Jonás 1, 10)

  • Vi que cundía el miedo en las tiendas de Cusán; que temblaban de espanto las carpas de Madián. (Habacuc 3, 7)

  • Ese día le dirán a Jerusalén: «¡No tengas ningún miedo, ni te tiemblen las manos! (Sofonías 3, 16)

  • No tengan miedo, porque mi espíritu está entre ustedes. (Ageo 2, 5)

  • Al ver esto, Ascalón tamblará de miedo y Gaza se pondrá a tiritar. Ecrón lo mismo, al ver perdida su esperanza. El rey se irá de Gaza, Ascalón quedará sin habitantes. (Zacarías 9, 5)

  • Aquel día Yavé les infundirá un miedo horrible: se volverán el uno contra el otro y se pondrán a pelear entre ellos mismos. (Zacarías 14, 13)

  • Mientras lo estaba pensando, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo, (Evangelio según San Mateo 1, 20)

  • Pero al enterarse de que Arquelao gobernaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Conforme a un aviso que recibió en sueños, se dirigió a la provincia de Galilea (Evangelio según San Mateo 2, 22)

  • Pero no les tengan miedo. Nada hay oculto que no llegue a ser descubierto, ni nada secreto que no llegue a saberse. (Evangelio según San Mateo 10, 26)

  • ¿No valen ustedes más que muchos pajaritos? Por lo tanto no tengan miedo. (Evangelio según San Mateo 10, 31)

  • Herodes quería matarlo, pero tenía miedo de la gente, que consideraba a Juan como un profeta. (Evangelio según San Mateo 14, 5)

  • Al verlo caminando sobre el mar, se asustaron y exclamaron: «¡Es un fantasma!» Y por el miedo se pusieron a gritar. (Evangelio según San Mateo 14, 26)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina