Fondare 1042 Risultati per: Padre
Esta es la historia de la familia de Jacob. A los diecisiete años, José se dedicaba a cuidar ovejas. Siendo todavía un adolescente, ayudaba a los hijos de Bilá y de Zelfa, mujeres de su padre y por lo tanto, informaba a su padre sobre la mala reputación que sus hermanos tenían. (Génesis 37, 2)
Sus hermanos, viendo que su padre le prefería a sus otros hijos, comenzaron a odiarlo hasta tal punto que no podían conversar con él. (Génesis 37, 4)
Su padre, que también lo escuchaba, lo reprendió y le dijo: «¿Qué sueño es ese que has tenido? ¿Acaso yo, tu madre y tus hermanos tendremos que inclinarnos ante ti?» (Génesis 37, 10)
Sus hermanos se pusieron envidiosos con él, mientras que su padre conservaba esto en la memoria. (Génesis 37, 11)
Sus hermanos habían ido a apacentar el rebaño de su padre a Siquem, (Génesis 37, 12)
Su padre le dijo: «Anda a ver como estáa el rebaño y cómo se encuentran tus hermanos, y ven después a contármelo.» Lo envió, pues, desde el valle de Hebrón, y José fue a Siquem. (Génesis 37, 14)
«No derramen sangre, les dijo Ruben, échenlo más bien en aquella cisterna allá en el desierto, pero no pongan las manos sobre él.» Esto dijo para sacarlo de sus manos y devolverlo después a su padre. (Génesis 37, 22)
Enviaron la túnica de manga larga a su padre con este mensaje: «Esto hemos encontrado. Mira a ver si es la túnica de tu hijo.» (Génesis 37, 32)
Todos sus hijos e hijas acudieron a consolarlo, pero él no quería ser consolado, y decía: «Estaré todavía de duelo cuando descienda donde mi hijo al lugar de las Sombras.» Y su padre lo lloró. (Génesis 37, 35)
Entonces Judá dijo a su nuera Tamar: «Vuelve como viuda a la casa de tu padre, hasta que mi hijo Sela se haga mayor». Porque Judá tenía miedo de que Sela muriera también, al igual que sus hermanos. Tamar se fue y se quedó en la casa de su padre. (Génesis 38, 11)
Al primero lo llamó Manasés, (que significa: «He olvidado»), pues se dijo: «Dios me ha hecho olvidar mi pena y a la familia de mi padre.» (Génesis 41, 51)
Somos todos hijos de un mismo padre y somos honrados. Tus servidores no son espías.» (Génesis 42, 11)