Fondare 224 Risultati per: Volvió

  • Ornán, que estaba trillando el trigo, se volvió y vio al Angel; sus cuatro hijos que estaban con él se escondieron. (1 Crónicas 21, 20)

  • Salomón dejó el Santuario de Gabaón, y volvió a Jerusalén lejos de la Tienda de las Citas y reinó sobre Israel. (2 Crónicas 1, 13)

  • Se volvió el rey y bendijo a la asamblea de Israel, mientras todos estaban en pie. Dijo: (2 Crónicas 6, 3)

  • El rey Salomón retribuyó a la reina de Saba lo que ella le había traído. Además le dio todo cuanto ella quiso pedir. Después se volvió ella y regresó a su país con sus servidores. (2 Crónicas 9, 12)

  • Apenas lo supo Jeroboam, hijo de Nabat, estando todavía en Egipto, adonde había ido huyendo del rey Salomón, volvió de Egipto, pues habían enviado a llamarlo. (2 Crónicas 10, 2)

  • Al tercer día volvió Jeroboam con una muchedumbre y se presentó ante Roboam, según lo que había dicho el rey: «Vuelvan a mí de aquí a tres días.» (2 Crónicas 10, 12)

  • Y todo Israel volvió a sus pueblos. Roboam reinó solamente sobre los hijos de Israel que habitaban en las ciudades de Judá. (2 Crónicas 10, 17)

  • Cuando Roboam volvió a Jerusalén reunió a toda la tribu de Judá y la de Benjamín, ciento ochenta mil combatientes escogidos, para pelear contra Israel, para que reconocieran la autoridad de Roboam y se sumaran a su reino. (2 Crónicas 11, 1)

  • Roboam volvió a Jerusalén y edificó ciudades fortificadas en Judá. (2 Crónicas 11, 5)

  • Josafat permaneció en Jerusalén, pero volvió a visitar al pueblo desde Bersebá hasta los cerros de Efraím, y los convirtió a Yavé, el Dios de sus padres. (2 Crónicas 19, 4)

  • Luego tomó todo el oro y la plata y todos los objetos que se encontraban al cuidado de Obededom en la Casa de Dios y los tesoros de la casa del rey; tomó rehenes y se volvió a Samaria. (2 Crónicas 25, 24)

  • Y Yavé envió un ángel que exterminó a todos los mejores guerreros de su ejército, a los príncipes y a los jefes que había en el campamento del rey de Asur. Este volvió a su tierra con gran vergüenza y al entrar a la casa de su dios, allí mismo, sus propios hijos lo mataron a espada. (2 Crónicas 32, 21)


“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina