Fondare 1104 Risultati per: enemigos de Judá

  • También los hijos del Quenita, suegro de Moisés, subieron con la gente de Judá desde la ciudad de las Palmeras a esa parte del desierto de Judá que limita con el Negueb de Arad, y se quedaron entre ellos. (Jueces 1, 16)

  • Los de Judá y sus hermanos de la tribu de Simeón atacaron a los cananeos que habitaban en Sefat y sacrificaron la ciudad en honor de Yavé. Por esto, la ciudad se llamó «Anatema». (Jueces 1, 17)

  • Judá se apoderó de Gaza, de Ascalón y de Acarón con sus territorios respectivos. (Jueces 1, 18)

  • El mismo los vendió a sus enemigos que de todas partes se echaban sobre ellos, y no podían hacerles frente. (Jueces 2, 14)

  • Cuando Yavé hacía surgir un juez, estaba con él y los salvaba de sus enemigos; esto duraba mientras vivía el juez, ya que Yavé se compadecía del lamento de su pueblo, oprimido y perseguido. (Jueces 2, 18)

  • Así perezcan todos tus enemigos, oh Yavé, y sean tus amigos como sol en todo su fulgor. Y el país tuvo paz durante cuarenta años. (Jueces 5, 31)

  • Los israelitas no se acordaron más de Yavé, su Dios, que los había librado de la mano de todos los enemigos que los rodeaban. (Jueces 8, 34)

  • Incluso los amonitas pasaron el Jordán para atacar también a Judá, a Benjamín y a la gente de Efraím. Israel pasó por un grave aprieto. (Jueces 10, 9)

  • Los filisteos subieron a los cerros de Judá e hicieron una incursión por Lejí. (Jueces 15, 9)

  • Los hombres de Judá les preguntaron: «¿Por qué han venido a atacarnos?» Respondieron: «Venimos a echar mano a Sansón, y lo trataremos como nos trató a nosotros.» (Jueces 15, 10)

  • Tres mil hombres de Judá bajaron a la cueva de la roca de Etam para decir a Sansón: «¿No sabes que los filisteos nos están dominando? ¿Qué les has hecho?» El les respondió: «Como me trataron a mí, los he tratado a ellos.» (Jueces 15, 11)

  • Había en Belén de Judá un joven levita, descendiente de Moisés, que vivía allí como forastero. (Jueces 17, 7)


“Aquele que procura a vaidade das roupas não conseguirá jamais se revestir com a vida de Jesus Cristo.” São Padre Pio de Pietrelcina