Fondare 283 Risultati per: falsos profetas

  • En cuanto a los profetas, que hablen dos o tres, y los demás hagan un discernimiento. (1º Carta a los Corintios 14, 29)

  • pues los espíritus de los profetas están sometidos a los profetas. (1º Carta a los Corintios 14, 32)

  • Los que entre ustedes son considerados profetas o personas espirituales reconocerán que lo que les escribo es mandato del Señor. (1º Carta a los Corintios 14, 37)

  • Con eso pasamos a ser falsos testigos de Dios, pues afirmamos que Dios resucitó a Cristo, siendo así que no lo resucitó, si es cierto que los muertos no resucitan. (1º Carta a los Corintios 15, 15)

  • En realidad, son falsos apóstoles, engañadores disfrazados de apóstoles de Cristo. (2º Carta a los Corintios 11, 13)

  • Viajes frecuentes; peligrosos de ríos; peligros de bandidos; peligros por parte de mis compatriotas; peligros por parte de los paganos; peligros en la ciudad; peligros en lugares despoblados; peligros en el mar; peligros entre falsos hermanos. (2º Carta a los Corintios 11, 26)

  • y esto a pesar de que había intrusos, pues unos falsos hermanos se habían introducido para vigilar la libertad que tenemos en Cristo Jesús y querían hacernos esclavos (de la Ley). (Carta a los Gálatas 2, 4)

  • Están cimentados en el edificio cuyas bases son los apóstoles y profetas, y cuya piedra angular es Cristo Jesús. (Carta a los Efesios 2, 20)

  • Este misterio no se dio a conocer a los hombres en tiempos pasados, pero ahora acaba de ser revelado mediante los dones espirituales de los santos apóstoles y profetas: (Carta a los Efesios 3, 5)

  • Y ¿dónde están sus dones? Unos son apóstoles, otros profetas, otros evangelistas, otros pastores y maestros. (Carta a los Efesios 4, 11)

  • Estos son los que dieron muerte al Señor Jesús y a los profetas, y los que nos persiguen a nosotros. No agradan a Dios y se portan como enemigos de todos los hombres (1º Carta a los Tesalonicenses 2, 15)

  • no desprecien lo que dicen los profetas. (1º Carta a los Tesalonicenses 5, 20)


“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina