Fondare 899 Risultati per: guerreros de David

  • Saúl dijo: «Se la voy a prometer y por ella se perderá, pues lo haré caer en manos de los filisteos.» Saúl entonces dijo por segunda vez a David: «Ahora serás mi yerno.» (1 Samuel 18, 21)

  • Ordenó Saúl a sus servidores: «Insinúen a David: El rey te estima, también te quieren todos sus servidores; procura ser yerno del rey.» (1 Samuel 18, 22)

  • Los servidores de Saúl dijeron esto a David, el cual respondió: «Parece que para ustedes es muy sencillo llegar a ser yerno del rey. Pero ¿se han fijado en que yo soy un hombre pobre y desconocido?» (1 Samuel 18, 23)

  • Le hicieron saber a Saúl lo que había respondido David, (1 Samuel 18, 24)

  • y éste le mandó a decir: «El rey no quiere dote para su hija, sino que quiere los prepucios de cien incircuncisos filisteos, para vengarse así de sus enemigos.» Pero la intención de Saúl era hacer caer a David en manos de los filisteos. (1 Samuel 18, 25)

  • Los servidores comunicaron a David estas palabras y a él le pareció que este asunto de ser yerno del rey no era tan difícil. Aún no se había cumplido el plazo, (1 Samuel 18, 26)

  • cuando David partió con sus hombres y mató a doscientos filisteos; entregó sus prepucios al rey y Saúl tuvo que darle a su hija Micol por esposa. (1 Samuel 18, 27)

  • Saúl temía a David porque se daba cuenta de que Yavé estaba con él. Pero su hija Micol quería a David. (1 Samuel 18, 28)

  • El temor de Saúl hacia David aumentó, y fue su enemigo hasta el fin de su vida. (1 Samuel 18, 29)

  • Cada vez que salían los jefes de los filisteos a campaña, David obtenía más éxito contra ellos que todos los demás oficiales de Saúl, de tal manera que su nombre se hizo cada vez más famoso. (1 Samuel 18, 30)

  • Saúl comunicó a su hijo Jonatán y a todos sus servidores su decisión de dar muerte a David; pero Jonatán, que quería mucho a David, se lo fue a decir a éste: (1 Samuel 19, 1)

  • Habló entonces Jonatán a su padre en favor de David y le dijo: «No hagas daño, rey, a tu siervo David, porque él no te ha hecho ningún daño, sino grandes servicios. (1 Samuel 19, 4)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina