Fondare 1995 Risultati per: naciones de la tierra

  • De este modo la bendición de Abrahán alcanzó a las naciones paganas en Cristo Jesús: por la fe recibimos la promesa, que es el Espíritu. (Carta a los Gálatas 3, 14)

  • Con ellos eguían la corriente de este mundo y al soberano que reina entre el cielo y la tierra, el espíritu que ahora está actuando en los corazones rebeldes. (Carta a los Efesios 2, 2)

  • al que se refiere toda patria en la tierra y toda familia celestial, pues "patria" viene de "padre". (Carta a los Efesios 3, 15)

  • para que seas feliz y goces de larga vida en la tierra. (Carta a los Efesios 6, 3)

  • para que al Nombre de Jesús se doble toda rodilla en los cielos, en la tierra y entre los muertos, (Carta a los Filipenses 2, 10)

  • La perdición los espera; su Dios es el vientre, y se sienten muy orgullosos de cosas que deberían avergonzarlos. No piensan más que en las cosas de la tierra. (Carta a los Filipenses 3, 19)

  • porque en él fueron creadas todas las cosas, en el cielo y en la tierra, el universo visible y el invisible, Tronos, Gobiernos, Autoridades, Poderes. Todo fue hecho por medio de él y para él. (Carta a los Colosenses 1, 16)

  • y gracias a él fuera reconciliado con Dios, porque la sangre de su cruz ha restablecido la paz tanto sobre la tierra como en el mundo de arriba. (Carta a los Colosenses 1, 20)

  • Quiso darles a conocer la gloria tan grande que su plan misterioso reservaba a las naciones paganas. ¡Ustedes tienen a Cristo y esperan la Gloria! (Carta a los Colosenses 1, 27)

  • Preocúpense por las cosas de arriba, no por las de la tierra. (Carta a los Colosenses 3, 2)

  • Siervos, obedezcan en todo a sus amos de la tierra; no sólo en presencia del patrón o para ganar en consideración, sino con sinceridad, porque tienen presente al Señor. (Carta a los Colosenses 3, 22)

  • Este es el mensaje del que Dios me ha hecho predicador y apóstol - yo no miento y es pura verdad: enseño a las naciones en forma creíble y sin errores. (1º Carta a Timoteo 2, 7)


“A cada vitória sobre o pecado corresponde um grau de glória eterna”. São Padre Pio de Pietrelcina