Fondare 193 Risultati per: piedras preciosas

  • En lugar de ellos venerará al dios de las fortalezas; honrará con oro, plata, piedras preciosas y joyas a un dios que sus padres no conocieron. (Daniel 11, 38)

  • Porque también por muchos días los hijos de Israel quedarán sin rey, sin jefe, sin sacrificios, sin piedras sagradas, sin consultas a Yavé y sin ídolos para proteger la casa. (Oseas 3, 4)

  • Si Galaad no es más que pecado, ellos no son más que mentira; en Guilgal ofrecen sus sacrificios a los terneros; por eso sus altares no serán más que piedras esparcidas en el campo. (Oseas 12, 12)

  • Daré combos a las mansiones para el invierno o para el verano; terminaré con los palacios de marfil y serán demolidas las casas de piedras. (Amós 3, 15)

  • Pues bien, ya que ustedes han pisoteado al pobre, exigiéndole una parte de su cosecha, esas casas de piedras canteadas que edifican no las van a ocupar, y de esas cepas escogidas que ahora plantan no probarán el vino. (Amós 5, 11)

  • Convertiré a Samaria un campo cubierto de escombros, que no sirve más que para viñas. Echaré a rodar sus piedras por el valle y así quedarán a la vista sus cimientos. (Miqueas 1, 6)

  • Contra ti gritan las piedras de tu muro y las vigas desde el techo le responden. (Habacuc 2, 11)

  • Yo les aseguro que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán aún de estas piedras. (Evangelio según San Mateo 3, 9)

  • Entonces se le acercó el tentador y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan.» (Evangelio según San Mateo 4, 3)

  • Otra parte cayó entre piedras, donde había poca tierra, y las semillas brotaron en seguida por no estar muy honda la tierra. (Evangelio según San Marcos 4, 5)

  • Otros reciben la palabra como un terreno lleno de piedras. Apenas reciben la palabra, la aceptan con alegría; (Evangelio según San Marcos 4, 16)

  • Día y noche andaba por los cerros, entre los sepulcros, gritando y lastimándose con piedras. (Evangelio según San Marcos 5, 5)


“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina