Fondare 49 Risultati per: provincia

  • El rey Nabucodonosor mandó a los funcionarios, prefectos, gobernadores, consejeros, tesoreros, jueces y abogados de toda la provincia, para que se reunieran y asistieran a la inauguración de la estatua (Daniel 3, 2)

  • Hay algunos judíos -Sidrac, Misac y Abdénagoa los que has encargado la administración de la provincia de Babilonia, y que no te han hecho caso; no sirven a tus dioses y no adoran la estatua de oro que has levantado. (Daniel 3, 12)

  • Y el rey hizo progresar a Sidrac, Misac y Abdénago en la provincia de Babilonia. (Daniel 3, 97)

  • Durante la visión me veía en Susa, plaza fortificada en la provincia de Elam, miré y vi que me hallaba junto al río Ulay. (Daniel 8, 2)

  • Pero al enterarse de que Arquelao gobernaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Conforme a un aviso que recibió en sueños, se dirigió a la provincia de Galilea (Evangelio según San Mateo 2, 22)

  • Toda la provincia de Judea y el pueblo de Jerusalén acudían a Juan para confesar sus pecados y ser bautizados por él en el río Jordán. (Evangelio según San Marcos 1, 5)

  • Ellos, al enterarse, huyeron a la provincia de Licaonia, a las ciudades de Listra, Derbe y alrededores, (Hecho de los Apóstoles 14, 6)

  • Atravesaron la provincia de Pisidia y llegaron a la de Panfilia. (Hecho de los Apóstoles 14, 24)

  • Hizo esto durante dos años, de tal manera que todos los habitantes de la provincia de Asia, tanto judíos como griegos, pudieron escuchar la Palabra del Señor. (Hecho de los Apóstoles 19, 10)

  • Pero como ustedes mismos pueden ver y oír, ese Pablo ha cambiado la mente de muchísimas personas, no sólo en Efeso, sino en casi toda la provincia de Asia. Según él, los dioses no pueden salir de manos humanas. (Hecho de los Apóstoles 19, 26)

  • Incluso algunos consejeros, amigos suyos, de la provincia de Asia, le mandaron a decir que no se arriesgara a ir al teatro. (Hecho de los Apóstoles 19, 31)

  • Tres días después de su llegada a la provincia, Festo subió de Cesarea a Jerusalén. (Hecho de los Apóstoles 25, 1)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina