Fondare 1875 Risultati per: pueblos de la tierra

  • Al oír esto el servidor de Abrahán, se echó por tierra adorando a Yavé. (Génesis 24, 52)

  • Estos son los hijos de Ismael y éstos son los nombres de sus pueblos y campamentos. Fueron doce, caudillos de sus respectivas tribus. (Génesis 25, 16)

  • Yavé le dijo: «Dos naciones hay en tu seno; dos pueblos se separarán desde tus entrañas. Uno será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor.» (Génesis 25, 23)

  • Se le apareció Yavé y le dijo: «No bajes a Egipto, quédate en la tierra que yo te diga. (Génesis 26, 2)

  • Serás forastero en esa tierra, pero yo estaré contigo y te bendeciré. Pues quiero darte a ti y a tus descendientes todas estas tierras, cumpliendo así el juramento que hice a tu padre Abrahán. (Génesis 26, 3)

  • Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y le daré todas esas tierras. Y por tu descendencia serán bendecidas todas las naciones de la tierra, (Génesis 26, 4)

  • Isaac sembró en aquella tierra y cosechó aquel año el ciento por uno. Yavé lo bendijo (Génesis 26, 12)

  • Los filisteos taparon todos los pozos que habían cavado los servidores de su padre, en tiempos de Abrahán, y los llenaron de tierra. (Génesis 26, 15)

  • Se fue de allí a otra parte y mandó cavar otro pozo, y como esta vez nadie se peleó por él, le puso el nombre de Rejobot, pues dijo: «Por fin Yavé nos pone a nuestras anchas. Ahora sí que podremos prosperar en esta tierra.» (Génesis 26, 22)

  • Que Dios te dé el rocío del cielo y la fertilidad de la tierra, y abundancia de trigos y mostos. (Génesis 27, 28)

  • Que te sirvan los pueblos y las naciones se inclinen ante ti. Sé señor de tus hermanos, que los hijos de tu madre se inclinen ante ti. Sea maldito quien te maldiga, y bendito quien te bendiga." (Génesis 27, 29)

  • Rebeca dijo a Isaac: «Estas mujeres hititas me tienen tan aburrida que ya no quiero vivir. Si también Jacob se casa con una mujer de esta tierra, yo me muero. (Génesis 27, 46)


“Amar significa dar aos outros – especialmente a quem precisa e a quem sofre – o que de melhor temos em nós mesmos e de nós mesmos; e de dá-lo sorridentes e felizes, renunciando ao nosso egoísmo, à nossa alegria, ao nosso prazer e ao nosso orgulho”. São Padre Pio de Pietrelcina