Fondare 449 Risultati per: reino unido

  • El rey Salomón respondió a su madre: «Con esto me pides que le entregue mi reino, pues es mi hermano mayor y lo apoyan el sacerdote Abiatar y Joab, hijo de Sarvia.» (1 Reyes 2, 22)

  • El rey dio orden a Banaías, hijo de Yoyada, quien salió y mató a Semeí. Con todo esto, el reino se hizo más fuerte en manos de Salomón. (1 Reyes 2, 46)

  • Reinó Salomón sobre todo Israel (1 Reyes 4, 1)

  • Judá e Israel vivieron seguros y en paz, cada uno bajo su parra y su higuera, desde Dan hasta Bersebá, todo el tiempo que reinó Salomón. (1 Reyes 4, 25)

  • La parte superior de la basa formaba como un círculo de medio codo de altura, unido a los paneles, haciendo un solo cuerpo con ellos. (1 Reyes 7, 35)

  • más doce leones parados sobre las seis gradas, a uno y otro lado. No se hizo cosa parecida en ningún otro reino. (1 Reyes 10, 20)

  • Entonces Yavé dijo a Salomón: «No has guardado mi Alianza, ni los preceptos que te había ordenado. Por esto te quitaré una parte de tu reino y se la daré a un servidor tuyo. (1 Reyes 11, 11)

  • Además no le quitaré todo el reino, sino que le dejaré una tribu en atención a David, mi siervo, y a Jerusalén, la ciudad que elegí para mí.» (1 Reyes 11, 13)

  • y dijo a Jeroboam: «Tómate diez pedazos porque así dice Yavé, Dios de Israel: Voy a dividir el reino de Salomón. (1 Reyes 11, 31)

  • No le quitaré todo el reino e incluso lo mantendré como rey hasta el fin de su vida, en atención a David, mi siervo, a quien elegí y que guardó mis mandatos y preceptos. (1 Reyes 11, 34)

  • Pero sí tomaré el reino de manos de su hijo y te daré las diez tribus. 36A su hijo, sin embargo, le guardaré una tribu, pues quiero que mi servidor David tenga siempre su lámpara encendida en mi presencia en Jerusalén, la ciudad que yo elegí para poner en ella mi Nombre. (1 Reyes 11, 35)

  • El tiempo que reinó en Jerusalén sobre todo Israel fue de cuarenta años. (1 Reyes 11, 42)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina