Fondare 49 Risultati per: saldrá

  • Una rama saldrá del tronco de Jesé, un brote surgirá de sus raíces. (Isaías 11, 1)

  • «No te alegres tanto, Filistea, porque se quebró el bastón que te pegaba; pues del huevo de la culebra saldrá una víbora, que, a su vez, tendrá una serpiente voladora. (Isaías 14, 29)

  • Pues de Jerusalén saldrá un resto, del monte de Sión un grupo de salvados. (Isaías 37, 32)

  • Pueblos, pónganme atención, y escúchenme, naciones, porque de mí saldrá la Ley y mis sentencias que serán la luz de los pueblos. (Isaías 51, 4)

  • Muy pronto saldrá en libertad el prisionero; no morirá en el calabozo, ni le faltará más el pan. (Isaías 51, 14)

  • Su soberano será uno de ellos, pues saldrá de su mismo seno. Le daré audiencia y se acercará a mí; pues, ¿quién es el que se halla capaz de arriesgar su vida para acercarse a mí?, dice Yavé. (Jeremías 30, 21)

  • El príncipe que está entre ustedes se echará su bulto a la espalda en la oscuridad y saldrá por el boquete que habrán hecho para que salga; llevará la cara tapada y no verá. (Ezequiel 12, 12)

  • En Tahpanés el día se convertirá en tinieblas cuando rompa el cetro de Egipto y ponga fin a su poder insolente; no saldrá de la neblina y sus ciudades sabrán lo que es la deportación. (Ezequiel 30, 18)

  • Cuando el pueblo del país comparezca ante Yavé con ocasión de las fiestas, el que venga por la puerta norte para postrarse saldrá por la puerta sur; el que venga por la puerta sur saldrá por la puerta norte. No se volverá por la puerta por donde se entró, sino que se saldrá por el lado contrario. (Ezequiel 46, 9)

  • El príncipe entrará con sus súbditos y saldrá cuando estos salgan. (Ezequiel 46, 10)

  • Entonces el rey del sur, enfurecido, saldrá a combatir contra el rey del norte. Movilizará a muchas tropas y la muchedumbre adversa caerá en sus manos, quedando deshecha. (Daniel 11, 11)

  • Pero noticias llegadas del oriente y del norte lo preocuparán y saldrá enfurecido con ánimo de exterminar y destruir a muchos. (Daniel 11, 44)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina