Fondare 110 Risultati per: seres vivos

  • Cuando se interpuso, los muertos ya se apilaban; puso fin a la Cólera y le cerró el camino hacia los vivos. (Sabiduría 18, 23)

  • en todos los seres vivos, según su generosidad. La distribuyó con largueza a todos los que lo aman. (Sirácides (Eclesiástico) 1, 10)

  • Que los vivos reciban tus buenas obras y no olvides a los muertos. (Sirácides (Eclesiástico) 7, 33)

  • Entre los seres alados la abeja es de los pequeños, pero es la principal por la dulzura de su miel. (Sirácides (Eclesiástico) 11, 3)

  • Le dio un alma, una cubierta de seres vivos, y todos retornan a la tierra. (Sirácides (Eclesiástico) 16, 30)

  • ¿Quién alabará al Altísimo en la morada de los muertos? Son los vivos los que le dan la alabanza? (Sirácides (Eclesiástico) 17, 27)

  • Una preocupación mayor ha sido impuesta a los seres humanos, una pesada carga agobia a los hijos de Adán desde el día en que salen del seno de su madre hasta aquel en que vuelven a la madre universal. (Sirácides (Eclesiástico) 40, 1)

  • ¡Hay allí seres extraños y maravillosos, animales de todas las especies, y monstruos marinos! (Sirácides (Eclesiástico) 43, 25)

  • Fue elegido entre todos los seres vivientes para que presentara la ofrenda al Señor, junto con el incienso de agradable aroma, para que así el Señor se acordara de su pueblo y le perdonara sus pecados. (Sirácides (Eclesiástico) 45, 16)

  • Yo decía: No veré más al Señor en la tierra de los vivos, ya no veré a los habitantes de este mundo. (Isaías 38, 11)

  • Fue detenido, enjuiciado y eliminado ¿y quién ha pensado en su suerte? Pues ha sido arrancado del mundo de los vivos y herido de muerte por los crímenes de su pueblo. (Isaías 53, 8)

  • ¡Y yo que no tenía más sospecha que el cordero al que llevan tranquilo para matarlo! No sabía lo que estaban tramando para perderme: «Hagámosle tragar unas buenas pruebas, hasta que desaaparezca de entre los vivos, y nadie se acordará más de su nombre.» (Jeremías 11, 19)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina