Fondare 448 Risultati per: tabla de las naciones

  • Entonces vendrán a felicitarlos todas las naciones, porque su país será un paraíso. (Malaquías 3, 12)

  • A continuación lo llevó el diablo a un monte muy alto y le mostró todas las naciones del mundo con todas sus grandezas y maravillas. (Evangelio según San Mateo 4, 8)

  • Viene mi siervo, mi elegido, el Amado, en quien me he complacido. Pondré mi Espíritu sobre él, para que anuncie mis juicios a las naciones. (Evangelio según San Mateo 12, 18)

  • Las naciones pondrán su esperanza en su Nombre. (Evangelio según San Mateo 12, 21)

  • Jesús los llamó y les dijo: «Ustedes saben que los gobernantes de las naciones actúan como dictadores y los que ocupan cargos abusan de su autoridad. (Evangelio según San Mateo 20, 25)

  • Unas naciones lucharán contra otras y se levantará un reino contra otro reino; habrá hambre y terremotos en diversos lugares. (Evangelio según San Mateo 24, 7)

  • Entonces los denunciarán a ustedes, y serán torturados y asesinados. Todas las naciones los odiarán por mi causa. (Evangelio según San Mateo 24, 9)

  • Esta Buena Nueva del Reino será proclamada en el mundo entero, y todas las naciones oirán el mensaje; después vendrá el fin. (Evangelio según San Mateo 24, 14)

  • Todas las naciones serán llevadas a su presencia, y separará a unos de otros, al igual que el pastor separa las ovejas de los chivos. (Evangelio según San Mateo 25, 32)

  • Jesús los llamó y les dijo: «Como ustedes saben, los que se consideran jefes de las naciones actúan como dictadores, y los que ocupan cargos abusan de su autoridad. (Evangelio según San Marcos 10, 42)

  • Luego se puso a enseñar y les dijo: «¿No dice Dios en la Escritura: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? ¡Pero ustedes la han convertido en una guarida de ladrones!» (Evangelio según San Marcos 11, 17)

  • Porque primero el Evangelio tiene que ser proclamado en todas las naciones. (Evangelio según San Marcos 13, 10)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina