Fondare 124 Risultati per: 2 Samuel 21

  • Preguntó, pues, Samuel a Jesé: «¿No quedan ya más muchachos?» El respondió: «Todavía falta el más pequeño, que está guardando el rebaño.» Dijo entonces Samuel a Jesé: «Manda que lo traigan, porque no comeremos hasta que haya venido.» (I Samuel 16, 11)

  • Tomó Samuel el cuerno de aceite y le ungió en medio de sus hermanos. Y a partir de entonces, vino sobre David el espíritu de Yahveh. Samuel se levantó y se fue a Ramá. (I Samuel 16, 13)

  • Huyó, pues, David y se puso a salvo, yéndose a donde Samuel, en Ramá, y le contó cuanto Saúl le había hecho. Después, él y Samuel se fueron a habitar en las celdas. (I Samuel 19, 18)

  • Mandó Saúl emisarios para prender a David; vieron éstos la agrupación de los profetas en trance de profetizar, con Samuel a la cabeza. Vino sobre los emisarios de Saúl el espíritu de Dios y también ellos se pusieron en trance. (I Samuel 19, 20)

  • Entonces partió él mismo para Ramá y llegó a la gran cisterna de la era que está en Seku y preguntó: «¿Dónde están Samuel y David?», y le dijeron: «Están en las celdas de Ramá.» (I Samuel 19, 22)

  • También él se quitó sus vestidos y se puso en trance profético ante Samuel, y quedó desnudo en tierra todo aquel día y toda aquella noche, por lo que se suele decir: «¿Conque también Saúl entre los profetas?» (I Samuel 19, 24)

  • Samuel murió. Todo Israel se congregó para llorarle y lo sepultaron en su heredad, en Ramá. David se levantó y bajó al desierto de Maón. (I Samuel 25, 1)

  • Samuel había muerto, todo Israel le había llorado y fué sepultado en Ramá, su ciudad. Saúl había echado del país a los nigromantes y adivinos. (I Samuel 28, 3)

  • La mujer dijo: «¿A quién debo invocar para ti?» Respondió: «Evócame a Samuel.» (I Samuel 28, 11)

  • Vio entonces la mujer a Samuel y lanzó un gran grito. Dijo la mujer a Saúl: «¿Por qué me has engañado? ¡Tú eres Saúl¡» (I Samuel 28, 12)

  • Saúl le preguntó: «¿Qué aspecto tiene?» Ella respondió: «Es un hombre anciano que sube envuelto en su manto.» Comprendió Saúl que era Samuel y cayendo rostro en tierra se postró. (I Samuel 28, 14)

  • Samuel dijo a Saúl: «¿Por qué me perturbas evocándome?» Respondió Saúl: «Estoy en grande augustia; los filisteos mueven guerra contra mí, Dios se ha apartado de mí y ya no me responde ni por los profetas ni en sueños. Te he llamado para que me indiques lo que debo hacer.» (I Samuel 28, 15)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina